Outlander, un antes y un después en la novela romántica

                           OUTLANDER NO ES UNA NOVELA SENCILLA

Para quienes la tomen por primera vez después de haber echado una ojeada a cualquier reseña de contratapa, no podrán imaginar no solo el Mundo de Claire y Jamie que encontrarán, sino también el Mundo de géneros, subgéneros.

Outlander podría ser una novela de ciencia ficción, como muchos la presentan, de aventuras, de viajes, biográfica por la forma de escritura o en la maravillosa realidad de un romance que trasciende le tiempo, en el que los protagonistas envejecen sin que se altere ese amor desesperado a veces, imperioso y terriblemente tierno otras.

Hasta ahora hemos recibido ocho entregas con la historia de Claire y Jamie que comienza en 1945, después de finalizada la segunda Guerra Mundial y retrocede doscientos años, a los previos a la batalla de Cullodin en las Highlands escocesas. Vuelve en paralelo a los años sesenta y nos lleva como en doble lectura al racconto de la protagonista sobre su vida y sobre todo de esa vida junto a su marido, Jamie Frazer. A partir del libro tercero el desarrollo permanece en el Siglo XVII y en el séptimo y octavo volvemos a vivir entre dos tiempos y dos familias, Clare y Jamie y Roger y Brianna.

Perfectamente ubicada históricamente, desde Escocia a América y documentada con precisión, interesa desde el punto de vista del romance, la cultura, política y costumbres de la época, con una escritura fluida, con excelentes y minuciosa descripciones de ambientes, paisajes y sobre todo de la psicología de los personajes.

Pienso que hay un antes y un después en la novela romántica, yo la califico así, porque Gabaldon hace de ella una construcción diferente, íntima y perdurable de la historia de amor. Son dos personas que viven un amor tan inverosímil como real y maravilloso, sino que las aventuras y desventuras serían imposibles sin él.

La vieja Europa y el Nuevo Mundo nos llevan a lugares sobre los cuales hemos leido en los libros de historia, pero no nos habían transmitido la magia de sus entornos ni la belleza percibible.

Clare y Jamie nos muestran una atemporalidad de sentimientos que no creíamos, al menos yo, posible; aunque después de leer, disfrutar, sufrir y volver a leer lo que se ha publicado hasta hoy considero una Verdad porque un ser humano, una señora con una capacidad extraordinaria lo muestra y como decía mi Abuelita cuando me veía leer sin pausa, mientras estudiaba, ''...todo lo que estás leyendo salió de la realidad de la vida, lo cuenten como lo cuenten, en algún momento pasó...''

ANA VENACIO